Cada día nos enteramos en las noticias de las muchas situaciones que generan pérdidas humanas como los desastres naturales, la violencia, las enfermedades virales; pero ¿de aquellas que son silentes?, o por lo menos ¿de aquellas de las que no se hablan mucho?
Hoy en día nos enfrentamos a una terrible pandemia que genera más pérdidas humanas que cualquier desastre natural o virus: las enfermedades Crónicas.
Una de ellas, la Enfermedad Renal Crónica, ha venido en aumento exponencial a nivel mundial. Prevalencias tan alarmantes del 13-16 % de la población en los países en desarrollo con algún grado de compromiso renal, hablan del problema de salud pública al que nos enfrentamos.
Constituye un problema no solo por la posibilidad de que muchos que lo padecen lleguen a requerir algún tipo de manejo dialítico, sino por la alta mortalidad cardiovascular que implica tener mayor grado de deterioro de la función renal.
La gran mayoría de los pacientes morirán antes de llegar a diálisis producto de la complejidad cardiovascular que implica tener grados de perdida de la función renal más graves.
A pesar de la alta prevalencia de la enfermedad renal a nivel mundial y los costos que implica en salud, la conciencia de su padecimiento por parte de la población y del personal en salud en profundamente baja. A nivel mundial, solo el 6 % de la población, (nuevamente repito solo el 6%) tiene conocimiento de su estado de funcionamiento renal; es decir 1 de cada 10 personas padece de enfermedad renal crónica.
¿Pero que hace que las personas no sean conscientes de estatus renal?
En primer lugar, es importante recalcar la naturaleza silente de la mayoría de las enfermedades renales. Lejos de las viejas creencias que nos dicen que cualquier “dolor de espalda “es porque los riñones están afectados, la realidad es diferente; solo pocas situaciones como las infecciones urinarias severas (llamadas pielonefritis) o presencia de cálculos renales producen síntomas de dolor relacionados con el riñón. La multiplicidad de enfermedades que complican el funcionamiento renal suele tener un curso indolente con manifestaciones cuando hay compromiso severo del mismo.
En segundo lugar, existe poca conciencia del riesgo y de las enfermedades que conllevan a enfermedad renal.
Actualmente la mayoría de los esfuerzos se basan en tratar los pacientes que ya tienen diagnóstico de enfermedad renal crónica. Las tamizaciones para detectar grupos asintomáticos con compromiso renal son bajos aun en poblaciones de alto riesgo como los diabéticos e hipertensos.
¿Qué debo hacer?
En primer lugar, entender que cualquier persona puede padecer enfermedad renal, pero algunas situaciones hacen que usted llegue a tener más probabilidad de compromiso renal.
Los factores de riesgo más comunes para desarrollar enfermedad renal los podemos dividir en modificables y no modificables
No Modificables
Predisposición genética: antecedentes familiares
Factores raciales: tienen más riesgo los afroamericanos y caribeños
Factores materno-fetales: bajo peso al nacer
Edad: mayor probabilidad de daño renal con el incremento progresivo de la edad
Modificables
Diabetes
Hipertensión arteria
Tabaquismo
Obesidad
Hiperuricemia-Gota
Presencia de proteínas en el parcial de orina
Si evidencia la presencia de algunos de los anteriores factores de riesgo, sería importante comenzar a hacerse exámenes de tamización periódicos, niveles de creatinina y Uroanálisis. En caso de anormalidades asista al especialista en nefrología.
Excelente Orlandito. A tomar consciencia de los riesgos y acciones para nuestra salud. Un abrazo.
Gracias Tania por comentar!!