La cantidad depende de la patología asociada a la enfermedad renal. Hay enfermedades renales que conducen a una pérdida de proteínas que hacen que los pacientes se hinchen y requieran restricciones de agua, mientras que la mayoría de las patologías renales no requieren restricciones en el consumo de agua.
La cantidad de líquido que debe consumir depende del tipo de enfermedad renal. En general, la cantidad de líquido que debes consumir es de unos 2 litros al día.
¿Cuáles son los signos y síntomas que indican que necesita beber más agua?
Si tienes una enfermedad renal, es crucial beber suficiente agua para no deshidratarse. La deshidratación puede conducir a una disminución de la presión arterial y provocar mareos o desmayos. Pero lo más valioso es entender que la deshidratación conduce a una pérdida más rápida de la función renal en pacientes que presentan alguna patología que produce daño renal.
La deshidratación hace que los riñones trabajen más porque tienen menos agua disponible para la filtración y, como resultado, es más fácil que se dañen. En el caso de las personas mayores, es importante entender que tienen un mayor riesgo de desarrollar deshidratación porque tienden a ingerir menos agua y sus riñones no son tan eficientes como los de las personas más jóvenes. Además, es más probable que estén tomando medicamentos que pueden afectar sus funciones renales y, por lo tanto, es crucial monitorearlos de cerca.
Otro contexto son los pacientes que tienen patologías perdedoras de proteínas a nivel renal en un grado importante para producir el llamado síndrome nefrótico. Como consecuencia, se vuelve muy difícil para los pacientes que experimentan este fenómeno, regular adecuadamente su ingesta de agua. En tales situaciones, la pérdida de proteínas, principalmente albúmina, hace que los pacientes se hinchen sistémicamente y hace que sea muy difícil controlar fácilmente la ingesta excesiva de agua.
¿A qué debo prestar atención?
Comprender que los riñones enfermos no pueden regular la ingesta de agua y, por lo tanto, es crucial prestar atención a la cantidad de agua que bebe. También es de conveniente comprender que los riñones no pueden regular la ingesta de sal y, en consecuencia, es fundamental que los pacientes con enfermedad renal controlen su ingesta de sal.
¿Cómo puedo prevenir la deshidratación?
La mejor manera de prevenir la deshidratación en pacientes con enfermedad renal es controlar su ingesta de líquidos. Es relevante que el paciente beba suficiente líquido diariamente. Puede ser fácil olvidar la cantidad de agua que se necesita consumir durante el día, por lo que es mejor si lleva un registro de su ingesta diaria para no quedarse corto.
Mantenerse hidratado ayudará a prevenir muchas complicaciones que acompañan a la enfermedad renal, como la albuminuria y la insuficiencia cardíaca congestiva, entre otras. También ayuda a regular la presión arterial, lo cual es beneficioso considerando que la hipertensión a menudo ocurre debido a una enfermedad renal crónica o ERC (enfermedad renal crónica).
Los pacientes con enfermedad renal que tienen un alto riesgo de desarrollar deshidratación o que tienen antecedentes de deshidratación, como aquellos que han tenido un episodio previo de insuficiencia renal aguda o los ancianos, sean monitoreados de cerca por su proveedor de servicios de salud. Además, es fundamental que estos pacientes sean educados sobre la cantidad de agua que deben beber y qué signos deben tener en cuenta si creen que pueden estar deshidratados.
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